José Fernando Molina, Jesús Moreno y Alejandro Peñaranda, hicieron el paseíllo en la tarde del día 13, quinta de abono y, dedicada a los novilleros de Albacete, lidiaron un encierro del hierro de Montealto.
Meteorito primero de la tarde, un ejemplar de 430 kilos de peso, castaño claro y herrado con el 31 en los costados de 2017, al que José recibió a portagayola. Antes de comenzar, José Fernando Molina, brindó el toro al sus compañeros.
Con mucho temple dominó siempre Molina al de Montealto y aprovechó las condiciones del novillo, que tuvo mucho y bueno y propició que el novillero una buena actuación. Tras un primer intento y dejando una estocada hasta la bola a la segunda el público premió a José Fernando Molina con una oreja, el respetable despidió con una sonora ovación al novillo en el arrastre.
El segundo de la tarde fue Veraniego, un ejemplar negro mulato de 446 kilos de peso, nacido en octubre de 2017 y herrado con el 29, al que Jesús Moreno y como hiciera Molina en el primero, también recibió a portagayola.
Firme y con temple, Moreno no demostraba su poco rodaje y estaba muy cómodo en la cara del toro, ofreciéndole al astado con calidad tanto la derecha como la izquierda y aguantando con clase los derrotes que de vez en cuando soltaba el de Montealto. Jesús Moreno entraba a matar y no encontraba eficacia tras caer el estoque un tanto delantero. Tras varios golpes de descabello cayó el animal.
Tercero de la tarde, Bravo, un castaño claro de capa, herrado con el número 50 y, nacido en noviembre de 2017 con 442 kilos de peso. Peñaranda también se puso frente a la puerta de chiqueros para recibir al novillo a portagayola. Brindó Peñaranda a su apoderado, Gonzalo González y se fue a los medios para plantar la muleta muy amplia en la cara del novillo y hacerle embestir a las primeras de cambio. Clavó hasta la bola, pero de manera defectuosa ya que la estocada fue delantera, atravesada y haciendo ‘guardia’. Hubo petición de trofeo de paisanaje para Peñaranda por parte del público, petición que el presidente no consideró mayoritaria y por lo que no concedió. El novillero saludo desde el tercio obligado por los aplausos.
Ranchero, cuarto de la tarde, novillo de 444 kilos de peso, herrado con el 54, nacido en octubre de 2017 y negro listón de capa.
En la muleta, y tras brindar al público se fue a los terrenos comenzó la faena de muleta, falto de fijeza y soltando la cara el de Montealto no embistió de manera limpia. Molina clavó hasta los gavilanes, pero hubo que tirar de verduguillo para hacer doblar al toro tras no estar bien colocada. Tras caer el astado, el público pidió con fuerza la oreja, pero Joaquín Coy estuvo duro con el chaval.
Cantor, quinto de la tarde, castaño de capa, nacido en septiembre de 2017, herrado con el 20 y de 489 kilos de peso.
Dejó Moreno buenos lances con el capote dando buenas sensaciones, brindando el novillo a sus compañeros de terna antes de iniciar la faena de muleta, anduvo Moreno muy firme desde los momentos iniciales con buenos muletazos.
Dejó Moreno una estocada tendida, hubo palmas para el novillo en el arrastre y ovación para el novillero, que saludó desde el tercio.
El último de la tarde fue Cerillero, un novillo negro listón de 433 kilos de peso, nacido en octubre de 2017 y herrado con el 41.
Brindó Peñaranda a Fernando Moreno, propietario de la ganadería ‘Los Chospes’, seguro y cargando la suerte y con las manoletinas pegadas Peñaranda inició la faena a Cerillero, entendió muy bien al astado y le sacó prácticamente todo lo bueno que tenía, tapando los defectos. Aunque clavó casi hasta el fondo tardó en caer el novillo, con público pidiendo insistentemente la oreja, el Presidente la volvió a negar.
Comentarios y fotografía F.F.L. (con lecturas de D.A. y T.A.)