Con buena presencia, trapío, descastada, cinqueña y mansa se inicia el abono de la Feria Taurina de Albacete.
Poco más de un cuarto de entrada en el día de la Patrona en Albacete.
Toros de Fuente Ymbro, hoy día 8 se ha celebrado la primera de abono con Finito de Córdoba, Daniel Luque y Juan Leal a falta del la tradicional apertura por la banda de música y, tras guardar un minuto de silencio después del paseíllo por las víctimas del COVID-19 y la memoria de Pedrés, Organillero abría plaza y era recibido con el capote por Finito de Córdoba.
De octubre de 2015, negro y con 497 kilos de peso, fue machacado por Finito de Córdoba en el caballo tras meterlo hasta en 3 ocasiones (abarrenado) y los primeros pitos no tardaron en sonar en el coso albaceteño.
Y los pitos no terminaron ahí, tras 3 mantazos, media estocada y varios descabellos Finito pasaportó al animal. Con una faena falta de profesionalidad que el público juzgó con palmas para el astado en el arrastre y una sonora pitada para el incombustible Finito de Córdoba.
Más que la actuación de Finito, llamó la atención el nuevo vestuario no solo de los areneros sino el de “toriles” muy apañado al estilo andaluz, cuasi de corto pero un poco apretados de zapatos nuevos, ya tendrá tiempo de domarlos.
Guardés fue el segundo de la tarde. Herrado con el 189 en los costados, nacido en octubre de 2015, negro de capa y de 526 kilos de peso recibió aplausos de salida al igual que su predecesor debido a su buena planta y presentación.
Nos quedamos con el buen trasteo de José Chacón, buen conocedor de esta Casa y de sus terrenos, dejando bien colocado al morlaco y con precisión para la actuación de sus compañeros.
Lo recibió Luque con el capote y lo mimó en el caballo. Brindó Luque al público y se fue a por el de Fuente Ymbro, cargando la suerte desde el encuentro inicial y demostrando haber entendido muy bien al animal.
Luque consiguió embeber al de Fuente Ymbro en la muleta y le sacó prácticamente todo lo que el animal tenía dentro, que no era mucho ni bueno pero, tras una estocada hasta la bola, y un descabello, le valió para cortar la primera oreja de la tarde.
El tercero de la corrida fue Legislador, un cinqueño de 515 kilos de peso y capa negra que mostró peor presentación que sus hermanos de camada anteriores y que desde que asomó por los chiqueros lo hizo con poca energía.
Legislador iba a ayudar muy poco a Juan Leal y así lo sabía el diestro francés, que comenzó la faena de rodillas en el centro del albero citando desde lejos para intentar calentar al público, pisando algún que otro terreno complicado le hizo pasar al animal por la muleta, dejando una buena estocada y haciendo que el graderío pidiera en mayoría la oreja (injustificada) y obligara a Genoveva Armero a concederle la oreja.
Pijotero fue el cuarto de la tarde, segundo del lote de un Finito de Córdoba que después de su vergonzosa actuación en el que abrió plaza intentó cuidarlo un poco más aunque le tocara tragar saliva.
Nacido en octubre de 2015, herrado con el 134 en los lomos y castaño claro de capa, el de Fuente Ymbro mostró bravura y puso en pocos apuros a Finito de Córdoba, que a base de torear con el pico de la muleta y a un kilómetro del toro fue arrancando poco a poco los primeros aplausos de un público. Después de dos pinchazos y un descabello, Pijotero se fue al desolladero y los pitos mezclados con algunas palmas fueron el recibimiento del público al saludo del diestro desde el burladero.
Historiador nacido en octubre de 2015 y con 497 kilos de peso, salió en quinto lugar con su capa negra bragada y el 88 en los costillares y lo hizo sin querer saber nada del capote de Daniel Luque, que trató de meterlo en los engaños pero que vio como los picadores salían al ruedo y no le había podido pegar ni un pase. Clavó Luque hasta la bola y en todo lo alto el estoque, cayendo el toro prácticamente sin. Hubo ligeras palmas para el matador tras el arrastre.
Cerró plaza Jalado, que con capa castaña, herrado con el 84 en los costados y con más de 5 años de edad salió muy chisposo de toriles, siendo Juan Leal y su cuadrilla incapaces de frenarlo y siendo picado, y valga como ejemplo, en los terrenos del tendido 5.
Comenzó Juan Leal con largas cambiadas por la espalda a pies juntillas en el centro del ruedo su faena de muleta y enseguida le plantó la muleta muy cercana al hocico al de Fuente Ymbro. Juan Leal ponía más corazón que cabeza e intentaba pases, que no muletazos, con el único objetivo de que la gente no se enfriara y a poco que entrara la espada le regalara otra oreja y por tanto la puerta grande.