El primero, de la tarde con el nº 144, de nombre Impuesto, y con 494 kilos y pelo negro mulato, muy, muy maltratado en el caballo. Manzanares consiguió sacarle los muletazos por el pitón derecho. El izquierdo no quiso ni verlo volviendo al derechos llevnadolo a los adentros y rematándolo con su típica muestra de espadas. Una oreja con mal sabor.
El segundo toro de la tarde nº 106, de nombre Diamante, con 505 kilos y de pelo colorado Precioso el toro, eso sí. Acucharado, con mucha badana y con ese punto de más que le da siempre Victoriano del Río a sus toros en lo que a trapío se refiere. Muy templado después con la muleta, pero el toro no rompió. Con un macheteo muy torero y a por la espada, que utilizó de maravilla. Estoconazo letal.
Juan Ortega demostró que sí tiene recursos. El tercero de la tarde nº 80, de nombre Dulce, con 492 kilos y de pelo negro mulato. Se apretó con él y se puso en modo torero, jugando los brazos y sacándose al toro a los medios con mucho oficio. No dejó de embestir, con un ritmo reducido. Ese que se sueña cuando se torea salón. Ortega no lo cuajó, aunque sí dejo momentos importantes. No se impuso al natural y por eso la faena quedó en una oreja. Con la muleta en la mano derecha sí consiguió Ortega ralentizar esas embestidas.
El cuarto toro Número 92, de nombre Jocundo, con 481 kilos y de pelo negro mulato fue muy pegajoso desde que salió. Se acabó haciendo el amo del ruedo, Cuando se quedó solo con el torero, el animal decidió que no iba a embestir más. Y cuando lo hizo fue para aterrizar en el ruedo. Abrevió sin mostrarnos como se comportaría el toro y lo mató con otro estoconazo.
Con el quinto cambiamos de ganadería con el nº74, de nombre Acedía, con 526 kilos y de pelo negro mulato. Cinqueño. De La Ventana del Puerto. Un toro de un enorme trapío, muy serio. Apretó con celo en el caballo y acabó derribando a Manuel Cid, que había marcado un gran puyazo. Cuando Talavante llegó a la muleta no se había recuperado aún la gente del impacto El toro se movió sin estilo y Talavante, salvo en un inicio genuflexo de máxima categoría, no hizo por ser el torero que un día nos gustó. Fuera de sitio y pasando el rato, especialmente con una mano izquierda que ha conocido mejores épocas. Mal con la espada y bronca gorda.
El sexto Número 38, de nombre Cubanoso, con 572 kilos y de pelo negro mulato. Cinqueño. Del Puerto de San Lorenzo, fue un toro grandón. Con el hierro del Puerto de San Lorenzo, Cuántos toros grandiosos hijos de las vacas Cubanas en ese encaste. Volvió a sacar la versión más currela de Juan Ortega, que solventó la papeleta pese al toro y pese al viento. Estuvo muy bien con él Juan Ortega, que dejó algunos naturales muy conseguidos, aunque tuvo que ayudarse con el estoque para salvar los embates del viento. Para cerrar la faena, unos muletazos de castigo a la vieja usanza que por sí solos deberían valer una oreja. Se atascó con los aceros y acabó saludando una sentida ovación.
¡¡………ya lo decía mi tío José María, …,lo comentaba mi amigo Juncal .. Mira, hay dos tipos de toreros: los de arte y los de bragueta . Los de bragueta, a cobrar; los de arte, a acompañar!!