Albacete 10 de septiembre de 2025

El primer novillo de López Gibaja, encaste Domecq y Nuñez de Villavicencio, Tamarindo nº 28 de 485 Kg,  un manso pregonao, mal rematado y puntas presuntamente retocadas,. El Mene muy contrariado lo trasteó siendo cogido de inmediato. El muchacho lo intentó sin éxito rematando de un estoconazo.

El segundo llevaba por nombre ‘Zahareño’, con el nº 30, castaño y 490 Kg. Escurrido, sin perfil, con la cara muy torera y con manifiestas deficiencias de fuerza, casta y bravura. El sevillano consiguió varios muletazos de mucho poso y sabor. Lo mató de una certera estocada en dos tiempos y ahí se reconoció el buen gusto del joven sevillano.

El tercero Ajerillo nº 73 de 453 Kg, negro listón. Alejandro, estaba tratando de anticiparse y ganar el paso mientras vaciaba los muletazos para evitar que huyera. Se amontonó demasiado y el novillo no le perdonó. Cuando lo tuvo en el suelo, a placer, lo puso en vertical con el pitón derecho, que se perdió entre la chaquetilla sufriendo una cornada interna, de las que no parten la piel, pero destrozan por dentro. Lo intentó con la espada, pero el animal se terminó echando, sin más el chaval se fue a la enfermería con una envainada en el gemelo.

Alto, desgarbado y serio era el cuarto, nº70 de nombre Braco, negro bragao y 463 Kg al que parecía arreglado. El Mene lo intentó para quitarse el sinsabor del primer turno. Algún natural al ralentí le pudo robar, pero fue para nada. Terminó con un bajonazo demencial.

Continuaron las protestas tras la salida del quinto Sospechoso con el  nº 19, negro listón con 501 Kg, siendo devuelto por otro negro listón Zambullido nº 31 de 451 Kg. De mejor hechura, más armónico, pero sin ganas de embestir. Con ese gusto tan sevillano que le imprime al toreo al natural. Toreó muy despegado toda la tarde.

El sexto fue Ordinario de nº 84 de 505Kg más toro por tamaño. Hecho cuesta arriba y con algo más de prestancia al acudir a los cites. Se lució con el capote El Mene, que lo domina con poderío. Tuvo que matarlo él porque a Quesada lo estaban operando. Le brindó la faena, dejando la montera en la puerta que va camino de la enfermería. Aprovechó la nobleza del toro y ligó derechazos bien profundos. Y remató aquello con una estocada muy bien interpretada, Acertó con la cruceta y cayó una oreja merecida.

¡¡………ya lo decía mi tío José María, …..la peor expresión para un buen aficionado es…na, de na, de na!!

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