VIAJE A MURTEIRA GRAVE

Muy cerca de la localidad pacence de Villanueva del Fresno. Entre alcornocales, encinas y eucaliptos, se levanta Galeana, una preciosa finca portuguesa, cuna de los bravos murteiras, los toros de la espuela. Allí se dirigió el pasado viernes 8 de marzo de 2019 el Club de Abonados de la Plaza de Toros de Albacete. De la mano de Jesús Victorino y su criador Joaquim Grave ( D. Joaquim Manuel de Vasconcellos e Sá Grave) pudimos apreciar la maravillosa dehesa y los maravillosos comentarios de su anfitrión. Decir Murteira Grave es hablar de una de las primeras ganaderías de toros portugueses. Toros serios, fuertes, bien hechos, de gran movilidad y espectáculo en la lidia. Esta ganadería irrumpió con fuerza allá por los años sesenta y setenta en las principales ferias de España. Cualquier buen aficionado distingue a un toro de Murteira, aunque sea sin poder ver el lugar donde lleva marcado el hierro de la espuela. “Estos toros son bajos de agujas, hondos de pecho y anchos de culatas, rectos de dorso, bien aplomados, con la cola hasta el suelo, finos y lustrosos de pelo, se da una curiosa mezcla de Gamero-Cívico, Guardiola Soto y Pinto Barreiros, con algunas aportaciones de sementales de Parladé, Carlos Núñez y Juan Pedro Domecq”. Nos recuerda al toro de Samuel, de pinta negra zahína, muy serios por delante, finos de badana y recogidos de vientre. Sementales de la ganadería son Cumplidor, Aviador, Orador y Pollito. Se comporta en el ruedo con una gran movilidad y alegría en todos los tercios. “No debe extrañarnos que tenga una salida despaciosa del toril porque pronto da buen juego en la brega y en el caballo. En la muleta, por regla general, conserva el recorrido y un comportamiento noble, aunque con cierto genio”. Aquí habría que apuntar que las vacas de murteira de gran nota son llevadas al caballo hasta doce veces para tomar la vara durante la tienta. Esta ganadería liga algunos de sus mayores éxitos a plazas muy exigentes con el toro. Es el caso de Madrid, en la isidrada de 1971, con el toro Pianista, al que Antonio Bienvenida cortó las dos orejas en la corrida-concurso que sirvió de epílogo a la Feria. También fue importante el éxito del toro Tabernero y el de su matador, José María Manzanares, el 27 de agosto de 1973 en Colmenar Viejo. De nuevo triunfaba la ganadería en el coso de Las Ventas en 1984, cuando su toro Sacristán se llevó el codiciado premio del Ayuntamiento madrileño. Otro toro, Chupadito Feria de Bilbao; y la corrida lidiada esa tarde logró el galardón a la corrida más completa. El año 1987 la ganadería de Murteira consiguió el premio a la mejor corrida de las lidiadas en la Feria de San Fermín en Pamplona. En Madrid repitió triunfo en 1988 con su toro Cumplidor, premiado con los honores de la vuelta al ruedo, y con la corrida más brava del extenso programa isidril. Cabe recordar de Albacete a “Pies de Liebre” Con comentarios de Ignacio de Cossío (23/02/2004)

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