Con Historia…

…….lo decía mi tío José María……. la ceremonia de vestirse de torero, se realiza prácticamente siempre en un hotel, Incluso los toreros que tienen su domicilio en la misma localidad que la plaza donde van a torear esa tarde “se concentran” en algún hotel de su preferencia. Esto no ha sido siempre así, muchos toreros se han vestido de torear en su casa, como lo hacían los Bienvenida en su casa de la calle Príncipe de Vergara antes de ir a las Ventas. Pero desde que la Fiesta es un Espectáculo organizado e itinerante para sus protagonistas, la fonda o el hotel han sido siempre el escenario de tan importante ceremonia.

Ha habido y hay fondas y hoteles taurinos por antonomasia. EN Sevilla, sobre todo par los de plata, lo era la fonda de Los Gabrieles que había frente a la vieja estación de Córdoba; hoy lo es el hotel Colón. En Madrid el hotel Victoria en la plaza de Santa Ana y el hotel Wellington en la calle Velázquez son los más taurino, pero también el pequeño hotel Ramón de la Cruz, muy cerca de la plaza Manuel Becerra, uno de los lugares preferidos por los toreros de plata. En los últimos tiempos del maestro Chenel se vestía en el hotel Foxá, cerca de Chamartín. Los toreros gustan de concentrarse, lo habitual es que duerman hasta tarde en el hotel, tomen un desayuno-comida a media mañana, evitan comer a la hora habitual y algunos hasta reciben amigos, compañeros,… otros prefieren que no se acerque nadie.

El rito comienza unas dos horas antes de la corrida, el torero se calza en primer lugar, como ropa interior, unos calzones de algodón largos hasta debajo de la rodilla sobre los que se ponen las medias. Algunos utilizan unos pantys de mujer de nailon sobre los que también calzan las medias rosas. Cargan siempre a la izquierda.El rito comienza unas dos horas antes de la corrida, el torero se calza en primer lugar, como ropa interior, unos calzones de algodón largos hasta debajo de la rodilla sobre los que se ponen las medias. Algunos utilizan unos pantys de mujer de nailon sobre los que también calzan las medias rosas. Cargan siempre a la izquierda.

Calzan luego las medias de seda, prácticamente rosas, que se ajustan con una liga o con una cinta. Incluso en verano llevan una camiseta.

Para calzarse las taleguillas, que suelen ponerse antes de la camisa, son suspendidos en ellas por el mozo de espadas y el ayuda. Luego se pone la camisa con chorreras que remeten en las taleguillas y cuyas cintas del faldón trasero pasan hacia adelante y anudan en la cintura. Se ajustan los tirantes y abotonan la bragueta. Algunos en esto momento se hacen apretar los machos de las taleguillas sobre las medias. Otros dejan esto para el final, se ponen el chaleco y antes de abotonarlo anudan el corbatín o pañoleta. Abotonado el chaleco se ponen la chaquetilla y comprueban la movilidad que tienen dentro de ella. Para ponerse el postizo o castañeta se cubren con la montera primero para que el postizo se prenda justo en la línea donde ésta termina. Una vez colocada la castañeta, se desmonteran, calzan las zapatillas y les ajustan los lazos de éstas. El torero ya está vestido para ir a la plaza.

Una importante operación es “atarse los machos”, es la acción que realiza el mozo de espadas para ajustar la parte baja de las taleguillas a la pantorrilla del torero. Consiste en hacer un lazo con los cordones tirando de los ramales hasta dejar los dos machos juntos y pegados al borde de la pernera; luego se retuercen los lazos y se abrochan los botones dejando los cordones sujetos y ocultos. Esta operación ha dado lugar a una expresión que coloquialmente significa hoy prepararse para afrontar una situación difícil.

Queda todavía algo muy importante: liarse el capote de paseo. Esto se hace ya en la plaza, en el callejón, aunque el torero sale del hotel hacia la plaza llevándolo consigo plegado sobre un brazo, llegando pues a la plaza desmonterado, el capote de paseo plegado en el brazo y la montera en la mano. Solo pocos minutos antes del paseíllo se calzan la montera y se lían el capote.

El capote de paseo cae sobre el hombro izquierdo con la esclavina cubriéndolo completamente. Se pliega primero el pico izquierdo con dobleces que le dan forma de cañón, que se sujeta con la mano izquierda ajustándolo al codo doblado. Se pliega después el pico derecho del mismo modo y se pasa por debajo del brazo derecho para ir a encerrarse en la palma de la mano izquierda; queda así liado el torero en el capote con la mano izquierda sujetando ambos extremos plegados y con el brazo derecho libre para el braceo del paseíllo.

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